De la mano de un fraile que te sacará de quicio tantas veces que perderás la cuenta, Guillermo, y de un templario, Josseran Sarracini, que muestra una mente tan abierta para la época que sería impensable la verbalización de sus dudas, mediado el siglo XIII saldremos de Jerusalén para acompañarlos en una importante misión: lograr que el Gran Kan los reciba para transmitirle el mensaje del Papa y lograr una alianza contra los sarracenos.
Durante el viaje atravesaremos el desierto hasta llegar al Techo del Mundo. Conviviremos con los mongoles, conoceremos sus costumbres, su habilidad en la guerra y porqué eran tan invencibles. Pero también será un viaje a través del alma para nuestros dos viajeros, sobre todo para el templario Josseran que, continuamente, comparará civilizaciones, culturas, dioses y creencias y se planteará dudas sobre la auténtica VERDAD.
Contrariamente, Guillermo, su compañero franciscano al que debe proteger -que no servir- no hará sino ver brujas y adoradores del diablo en todo aquello que no es como dicta su religión. La superstición y la religión unidas por la mano.
Una visión de un mundo del que poco conocemos y que se nos ha mostrado más bien como algo exótico y lejano.
Una lectura fluida en la que no faltan referencias históricas a la cultura de los pueblos que desfilan por sus páginas, pero bien hilado para que la novela histórica sea lo que debe ser. Novela que nos acerca a un pasado desconocido pero cierto.
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